miércoles, 1 de febrero de 2012

Íes y puntos

Pensé que podría aguantar e ignorar el tedio que llamábamos. No somos perfectos, no somos dioses, el mundo no gira si queremos, no renace la rosa después de haberla arrancado. El niño llora si hambre siente, si se siente triste, si se siente solo. Se engaña mas quien pretende engañar.
No es posible vivir en una casa de púas que se viste de algodón, no come uno algodón dulce con púas, por mucho. No es justo esperar con ansia la mirada cómplice, no es justo encontrarla solo en momentos, no es justo andar adivinando, o leer y leer y estar equivocada siempre a pesar de la evidencia.
No disfruto la defensa de la ilógica. Los espejos son para conocerse, si uno no se conoce puede ser carretera o edificio, da lo mismo. Los seres con corazón, quieren compartir con otros corazones. Quieren dar, y que se les reciba con amor; quieren recibir, no solamente dar. No hay obligación en el amor. No se castiga al que te ama, no se exige al corazón: se le gana.
No se nada contracorriente sin un aliciente. No se le obliga a salir de la celda a quien se rehúsa. No quiere uno pasar sus momentos en una celda, existiendo flores y mares allá afuera. Uno comparte con palabras, con sonrisas, con silencios y miradas, con momentos sin ego, sin esperar nada a cambio. No solo está la piel y su roce divino.
Nadie tiene la obligación de amarlo a uno, se ama en la danza de las almas. En la sencillez del encuentro, en el estallido del destino, que nos puso a ambas en el camino; en la naturalidad del viento, en la suavidad del cielo, no en la obligación de ser feliz mirando la estampilla de una diosa.

No se trata de competir

Pongo mis alas en vuelo y dejo que el viento me lleve,
Me escondo cuando las borrascas me oprimen
Me dejo ir y volver.
Y callo,
Cuando las palabras no sirven,
Se calla.
Mientras arda el corazón
Estamos vivos.
Las llamas queman,
Calientan y confortan
O duelen hasta que se apaguen.
No competiré por tu amor;
Por todo lo que vale,
Solo se recibe si se merece.
En compañía, el combate se hace ligero,
Cuando no, se vive, se come y se pelea sola.
Amo ser el pensamiento dulce
De alegrías lejanas y doradas,
Como el profeta que habla
Como el poeta que siente.
Natural y divino como el rocío que moja,
Como el verdor en primavera.