¿Qué puedes decir tú?
Nada sabes.
Nada entiendes de despertar o seguir dormido,
es todo una equivocación.
Nada entiendo;
sigue siendo un absurdo todo,
hasta tus ojos.
son tus ojos y tu boca el gran absurdo.
Es el tiempo incompasivo y venenoso,
mi historia muerta
cubierta en algas de olvido;
el desesperante despertar
que es tan esperanzador,
la patanería de existir día a día.
Yo no soy si no existo en ti.
me quedan cuatro retablos en los que encierro mi alma,
en los que aflora la ceniza,
en los que florece mi sangre,
en el que esperas la nada,
no importa.
Tu alma sagrada de armado valiente
morirá en combate
y valdrá la pena;
no te pareces a ellos,
no importa.
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