Y pasaba por la calle, relucía.
Brillo empañante,
¿Brillo de qué?
Porque es tu luz mi deseo de ser luz,
mi deseo helado que me momifica a los ojos del sol
y la luna me hace el amor.
Ojos violadores, corazones sombríos
Bendita percusión de latidos deformes.
Nado en tu saliva, me río de ti y me tragas
León.
Duermo un rato,
es absurda esta batalla sin nombre.
Paralelismo de deseos y espejismos,
de mojarse sin aviso, del respiro.
de no saber y ser,
de no saber hacer.
Necesidad de inventar
¿Por qué creen?
¿Qué es lo que ven?
¡Alcánzala! es escurridiza e ingenua.
¿Por qué la castigas si no sabe?
hay demasiado en las dos manos.
No se si llegará, pero igual será
y será como no es.
Nadaré aunque me canse,
aunque no quiera nadar,
aunque me esperen ballenas de todas la formas
para tragarme siempre.
¡Victoria!
Victoria a muerte.
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