lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi Razón

Podría estar inconforme de estar conforme, tal vez gritar en el silencio tranquilo para desatar una tormenta que no quiero, quisiera saltar el balcón que me separa del sufrimiento. Sufrir pidiendo a gritos el silencio de antes, morir corriendo, gritar viviendo; agotar la vida hasta el punto final del retorno, retornar con maletas vacías para emprender de nuevo un viaje sin destino, con la felicidad como diadema. Estallar en mil colores que suenen a risa, a llanto de niño y momentos de viejo, nostalgia futura del reconocimiento.

Brillar sin conocer el final, cantar la letra de una canción que no vendrá jamás, morir de ilusión y renacer por la certeza. Mirarte el alma, el llanto sucio de niño acalorado, comer algodón de azúcar, aunque nunca me haya gustado su empalago que adoro en la boca. Dormir con ganas de madrugar, trabajar con ganas de descansar… descansar la vida en la fiesta mas estridente, en el ocaso último del paisaje verde que antes era negro.

Disiparme dos segundos queriendo estar presente, porque sí, porque no y tal vez porque nada… rozarte la mañana del milagro en que me hablaste, rozarte la cara con rosas azules, con fresas alucinadas de este mundo que es tan tuyo y quiero que sea mío, mío por siempre, mío nunca, nunca mío en esta entraña dormida…

Tranquilidad sonámbula, vida ardiente convoco a mi ser, ser entero lleno de vida, vida negra y roja y verde, azul sobre todo. Vida que no sea vida, al otro lado de esta isla en la que veo olas palpitantes impulsadas por el motor que duerme mi hastío, hastío vuelve y déjame de nuevo, revíveme la vida que es vida dormida y es vida como la quería. Cuentos de hadas, miles de ellos. Chispas de magia, magia en la cabeza… tan real, tan absolutamente intangible… ¿puedes darme un poco?

ELIZA

El espectro abominable habitaba un cabaret con compinches festejantes,
cubríase con mantas nebulosas que robaba al sirviente de las Moiras
y por las callejuelas de brujas y putas salía a dar un paseo.

Sus ojos color de limbo brillaban con la fuerza del odio,
en su cabeza ardía un fuego avivado por la súplica eterna del infierno,
y sus manos grises y gruesas cargaban el frio de la muerte.

Con lujuria clavaba en los sueños de virginales doncellas,
la angustia incierta del hacha del verdugo
(que mancha con sangre de otros muertos)
y cargaba consigo gritos de pena,
que atrapaba curioso en las celdas de la culpa.

En el corazón de Eliza había hecho nudos el miedo.
su hermosa cara pálida había tomado una expresión de dolorosa zozobra,
y en la humedad de sus labios carmesí,
casi podía oírse un quejido acallado por el agobio.

Fue el momento justo en que el magnetismo de su mirada la atrajo,
y la oscuridad de su pozo incierto logró seducirla,
como sangre caliente a vampiro,
como el sacrifio a los dioses.

Tomó la última decisión de fundirse al abismo,
sus pies se apoyaron de un salto en la alfombra del vacío,
y en un orgasmo de veneno cayó infinitamente
pozo abajo.

lunes, 6 de septiembre de 2010

En divagaciones con mi ser IV

Andan midiéndole la cintura a los árboles de artes. Y yo estoy sentada a la sombra de uno de ellos, pero resguardándome de la lluvia. El clima es raro en medallo.
Sé que soy bendecida, pero no sé a veces cómo llevar esto. Me quedo disparatada e inmóvil.
Pienso en los trasquilones de Jair en mi pelo. ¿Descompensada? Suspiro. Me peino y suspiro después. Adolescencia segunda.
Siguen midiéndoles la cintura a los árboles. Organizo mi pecho. Quisiera una certeza despreocupada, bonita, sencilla. Artes. Se dirigen hacia mi. Intervengo un poco mi peinado. Creo que debo irme.

En divagaciones con mi ser III

Llanto mojado. Agua que sale. Corriente para el estanque. Pozo agitado. Respiración. Vida.
¿Qué impulsa este motor? Soy una habitación. Estoy habitada por algo que se supone que soy yo. Ni idea. ¿Puedo dormir?
Y sos vida y tomás decisiones que no podés eludir porque estás habitada. Y sacudís tu habitación, te crees dueña de ella. Y tratás de llenar el vacío. Y volvés siempre. Y lo de afuera no es igual a lo de adentro. Ceguera, testarudez, ignorancia. Es la cabeza, es el corazón,el pecho y el estómago. Ahí se siente algo. Hay un motor que al fin de cuentas no soy yo.
Siempre pasa, pero mientras dura, sencillamente no sé. Y hay tristeza. Todos la sienten, creo. ¿Por qué soy ésto?
Belleza. Antítesis. ¿Por qué dos caras siempre? blanco oscuro. Entiendo. Tiempo en el limbo, en el paraíso. Dando la batalla a locuras que construímos pero no pedimos. Caída libre.
El mundo. Creo que la locura es la realidad. Leí algo así como, creamos un método de escape por el dolor que nos produce la realidad.
¿Por qué realidad? no hay una realidad. Ni siquiera sabemos si es real lo que creemos.¿Quién sabe?
Juguemos un cuento, los cuentos son mejores, me gustan más. Si me desespero o no, el tiempo va a ser el mismo. Guía divina. Sapiencia. Hay que dejar salir los demonios. El dolor es parte de la vida. Es el pago y el aprendizaje. Quiero alimento divino, pero no ser diosa. Perseo. ¿Por qué creamos nuestro propio veneno? Hastío. Desvío.
Naturaleza. Creer para no volar como hoja de papel al viento. Para no caer en cualquier rastrojo.
Remedio. Respiro. Manos atadas. Quiero volar.
Oscuridad, la sé necesaria, inminente, me contagia. Pero decido la luz. Es difícil ser luz y sentirse tan pequeña y equivocada. Suavidad, me gustas, me haces bien. Odio la hostilidad. Quiero que mi deseo de vivir, pueda mas que una desidia. Salir de esta trampa. Mentira lodosa, pegajosa.
Navegar mi mar con tu guía. Quiero aliarme con el viento. Llenarme de flores.
¡Qué perdidos estamos los hombres!